A medida que las mujeres jóvenes abandonan el hogar familiar es natural que busquen pequeñas comodidades domésticas. En la universidad, o bien cuando se trasladan de los pueblos a las ciudades más grandes para estudiar o comenzar una carrera en una empresa, hay un anhelo de compañía. Un tierno gatito es a menudo el elegido para llenar ese vacío. En un análisis rápido, los felinos aparecen como una opción fiable y fácil de mantener. Ellos nunca abandonan el hogar y las mujeres, siempre ansiosas por una relación en la que no las usen y las desechen, aprecian la entrega incondicional de una mascota. Pero, ¿puede un gato realmente sustituir a las bondades de amor y cariño que un hombre proporciona? ¿Están creando las propias jóvenes futuras interacciones humanas problemáticas al permitir que una criatura así se convierta en el principal objeto de sus emociones internas? Como hemos discutido muchas veces antes, tener un gato es una proposición difícil para los cristianos.
Iglesia de la Nueva Era - Cristianos Orgullosamente Conservadores - Uruguay