¿A quién no le ha pasado? Llegamos tarde a casa luego de asistir a una fiesta donde tal vez hemos bebido alguna copa de vino de más y comenzamos a hacer zapping por los canales del cable para encontrar cualquier cosa que nos distraiga un poco del dolor estomacal que comenzamos a sentir. Tal vez un partido de tenis o la repetición de un partido de fútbol y comenzamos a pensar: "bueno, esos si que son hombres de verdad, como pueden correr y transpirar tanto"...
O tal vez ese muchacho dominicano, inmigrante ilegal, guardia de seguridad con músculos esculpidos cual Dios de ébano, y antes que puedas pensarlo dos veces ya estas soñando con unas vacaciones en las playas de Ecuador, rodeado de speedos por todos lados. O en el sauna del gimnasio donde el chico musculoso se deja caer un poco la toalla y tienes un espectáculo incontrolable que nada tiene que ver con la Biblia.
¡Bueno, tiene que parar allí! La homosexualidad es el peor enemigo de los valores cristianos y está al acecho dentro de ti ahora mismo. He aquí un hecho aterrador: cualquiera puede caer presa de la homosexualidad en cualquier momento, incluso nuestros líderes políticos y religiosos más prestigiosos. Basta con mirar las cárceles o algún político ya retirado.
Hay equipos de trabajo de ateos liberales homogays ideando formas de que usted caiga en este precipicio, insinuando que no tiene nada de malo probar, que luego nadie se arrepiente, que usted está equivocado por pensar como piensa y que la homosexualidad es algo bueno y positivo. Ese es el plan secreto de todos los homosexuales del mundo.
¡No lo dude ni por un segundo! Ellos quieren que usted participe de sus encuentros pecaminosos en los baños públicos o que vaya de compras con ellos a las tiendas de antigüedades. Ellos te quieren en sus vidas, copulando, corrompiendo tu alma y pagando lámparas de época escandalosamente caras con tu tarjeta de crédito.
Viven en un mundo cruel de lenguetazos y cremas hidratantes y no pueden soportar ser testigos de la felicidad de nuestras fortalezas cristianas, los placeres sin escalas de ser padres, nuestros atletas de secundaria bien adaptados, nuestras madres sonriendo con orgullo, nuestros padres y su trabajo duro, nuestros líderes políticos idílicos, nuestra fabulosa fuente de moralidad.
Algunos lectores me han escrito comentando que soy recurrente con este tema. ¡Es cierto, lo soy! Estoy preocupado y molesto. Hay demasiada homosexualidad hoy en día. No se puede encender la televisión o caminar por las calles de nuestro barrio sin que algún hombre o jovencito impuro quiera violarnos con sus ojos.
Nosotros, los cristianos no estamos logrando muchos progresos en contra del extravagante matrimonio gay, no importa cuánto dinero donamos a los partidos de oposición, no se ven resultados. Los homosexuales en el corto plazo probablemente invadirán nuestras fuerzas armadas y las élites políticas.
¿Puede imaginar nuestro ejercito de bravos y viriles soldados agotados luego de un largo día de aventuras al estilo GI Joe, sintiéndose amenazados en sus propios cuarteles por parte de sus compañeros de litera en la oscuridad de la noche?
¿O atrapados en las duchas a la mañana por una manada de los hombres con necesidades físicas urgentes, sin ninguna mujer a la vista y nadie que pueda detenerlos mientras que el clarín llama en vano a la formación?
"Lo siento General, los soldados querían tener un poco de intimidad y sexo anal antes de cortar el pasto de esta escuela" ¡¡Ese no es el país que soñó mi abuelo!!
Y después tenemos todos los horribles atentados a la moral, a saber: las libertades especiales homogays, beneficios para el cuidado de la salud, deducciones de impuestos, libertad de expresión para el discurso pro gay (en tanto condenan a diario a quienes pensamos diferente), el matrimonio homogay, adopción homogay, becas universitarias para homogays, la persecución e ilegalización de pensamiento basado en la fe, por nombrar solo algunos.
Como todas las familias con buena moral y los ciudadanos cristianos de este país, no sé que nos deparará nuestro futuro luego de estas victorias de los homosexuales. Tal vez es sólo cuestión de tiempo hasta que debamos admitir públicamente nuestra derrota.
La mayoría de las estadísticas más serias muestran que en el plazo de una generación el matrimonio gay será común en todo el mundo debido a que nuestros jóvenes son demasiado perezosos para defender sus principios. Reflexione conmigo, en la época de nuestros abuelos esta conducta era severamente castigada, en la época de nuestros padres era algo muy mal visto, en nuestra época es bien visto y LEGAL, en un futuro cercano será obligatorio ser gay. Si aceptamos la tormenta que se avecina tal vez podamos prepararnos para ello.
Pero para esta tormenta no alcanza un paraguas, me refiero a que todos los cristianos nos unamos y vivamos en una comunidad cerrada. Me refiero a salir del paso de este "huracán del arco iris" antes de que sea demasiado tarde.
Así como los mormones lo hicieron en Utah, tal vez podamos pelar algún departamento de este país y dejar el resto para los ateos liberales y los gays, ¿que les parece si hacemos de un lugar nuestro refugio de cordura y sonrisas? ¿No deberíamos empezar a comprar la tierra y a construir las paredes de nuestro nuevo mundo hoy mismo?
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